Estaba en una marcha con mi ex y quedaba la media zorra. Los pacos estaban más brígidos que la chucha y la gente andaba más asustada que la mierda, nos habían dispersado a todos y estábamos en un estado de "sálvese quién pueda". Mientras eso pasaba yo discutía con mi ex sobre los políticos y le decía que eran una mierda y toda la hueá, cosa con la que ella estaba de acuerdo pero no quería discutir porque prefería que saliéramos corriendo a la chucha. Asi que nos poníamos a correr hasta que un viejo culiao me agarraba y acusaba de sapo, me amenazaba y me decía que me iban a sacar la cresta por andar cagándome al pueblo, yo le gritaba que no era ningún sapo y que no estaba pa aguantar a viejos culiaos metidos asi que intentaba seguir corriendo. Ahí me di cuenta de que mi ex me estaba esperando mientras todos corrían, a lo que yo le gritaba que se fuera, que no se dejara pillar por esperarme a mí, pero era inútil, me respondía que cómo se me ocurría pedirle esa hueá y que me apurara. Al final logré soltarme y volvimos a correr. Nos encontramos con unas amigas de mi ex y nos poníamos a correr juntos hasta que llegamos a un barrio cuico en donde los pacos no estaban buscando a nadie, sólo ahí me di cuenta de que mi ex ya no estaba y que su celular estaba en el pasto de una plaza. Nos acostabamos por allí con sus amigas, esperando a que volviera mi ex y a que pasara el día que, al parecer, iba a marcar un antes y un después en la historia del país. Intentaba buscar información en el celular de mi ex pero me daba cuenta de que tenía bloqueada mi voz como referencia de acceso (era un celular muy ciencia ficción pero en el sueño me parecía de lo más normal) y ahí caía en cuenta de que mi relación con ella era una mierda, que en realidad no me amaba y que no habíamos tenido una conversación real en meses; sólo estabamos juntos porque sí y esa epifanía hacía que me pusiera a llorar sin ninguna vergüenza frente a las amigas de mi ex. En eso mi ex llega corriendo y diciendo que perdió a los pacos pero que estaban más brígidos que la chucha, que lo más seguro era dormir en la plaza. Nos acostabamos juntos pero no conversábamos, me pedía su celular y comenzaba a revisarlo, sin si quiera mirarme. Intentaba pedirle explicaciones pero a ella no parecía importarle el tema y lo minimizaba lo más posible, lo cual sólo hacía que mi frustración se acrecentara.
Al final lloré hasta dormirme.